lunes, 23 de septiembre de 2013

BATALLA DE CURUPAYTY

Se recuerda en esta fecha la Batalla de Curupayty. Fue librada el 22 de setiembre de 1866 y fue considerada como la más sangrienta; entre las tropas de Argentina Brasil y Uruguay potencias unidas en contra del Paraguay Colonial comandadas por el General José Eduvigis Díaz.

Curupayty esta situada en el Departamento de Ñeembucú; y en la Batalla el Ejército Paraguayo combatió con 5000 hombres contra 20000 hombres que tenían los aliados comandados por Bartolomé Mitre, quienes venían de ganar la Batalla de Curuzú el 3 de setiembre; lugar donde acamparon a esperar, y planificar lo que consideraban una fácil victoria: el ataque de Curupayty.
El ejército Paraguayo inmediatamente después de la Batalla de Curuzú se retiro hasta Curupayty y al contrario del ejército aliado comenzó a planificar la defensa que por ese tiempo solamente contaba con unos pocos hombres y una pieza de cañón.

La zona denominada El Cuadrilátero (Curupayty) sirvió de testigo a la preparación del terreno, ayudaron en la planificación el Coronel Thompson, Myskowski, y el mismo Mariscal López, quien encomendara al joven comandante General José Eduvigis Díaz, comandar al ejército Paraguayo en defensa de Curupayty.

Por turnos, 5.000 hombres se dedicaron a las excavaciones, a cortar árboles, a hacer túneles y a preparar zanjas. Preparar las trincheras, el mapa, la excavación de túneles, cavar zanjas llevo bastante tiempo.
Los turnos de trabajo eran alternados con vigías continúas, por temor al ataque repentino del enemigo; que a esa altura consideraba una presa demasiado frágil al ejercito nacional

El orgullo de contar con 20000 hombres quizá hizo que el ejercito aliado bajara la guardia, quienes tardaron mucho en continuar hacia Curupayty; en principio porque consideraban un trabajo de dos horas la "exterminación" de Curupayty.; luego cuando decidieron por el avance ya fue la intensa lluvia que les impidió continuar; situaciones muy bien aprovechadas por el ejercito Nacional, sirviéndoles para mejorar el terreno, las zanjas fueron llenadas de estacas, cubiertas por arbustos, el fango y las espinillas apenas visibles, que la lluvia se encargo de cubrir muy bien. El borde de las zanjas fueron cubiertas por estacas punzantes y bien sostenidas con troncos.


El 22 de setiembre el día elegido por los aliados para el avance, amaneció un día soleado; avanzaron adelante la flota imperial con 5 acorazados, 2 buques bombarderos, 3 chatas bombarderas y 6 cañoneras. Sin apuros; el Almirante Tamandaré había dicho que en solo dos horas "descangallaría" las trincheras paraguayas. Los acorazados Bahía y Lima Barroso se adelantarían a cañonear las fortificaciones. Las demás naves dirigirían sus fuegos hacia el resto de las líneas paraguayas.

A las 8:00 de la mañana comienzo el cañoneo a las trincheras de Curupayty. Fueron contestadas por las piezas paraguayas ubicadas hacia el río. La defensa Naval estaba al mando del Capitán Pedro Hermosa y los marinos Domingo Antonio Ortiz, Pedro V. Gill y el Teniente de Artillería Adolfo Saguier, acompañados por Albertano Zayas, degradado de Mayor a Sargento, tras la Batalla de Curuzú. El Teniente Coronel Antonio Luis González estaba al mando de las tropas de infantería. Los cañones de la flota imperial lanzaron sobre las trincheras paraguayas alrededor de 5.000 proyectiles.

Al mediodía, los acorazados Brasil, Lima Barroso y Tamandaré, cruzaron la línea de contención de Curupayty para ametrallar la batería paraguaya de la barranca, desde su retaguardia. Convencidos de haber completado el bombardeo, tras un súbito silencio, desembarcaron las tropas. El comandante aliado (General Mitre) al termino del bombardeo; asumiendo que solo ya verificaría el exterminio de la defensa Paraguaya; ordenó el inicio del avance. Al mando de los Generales Paunero y Emilio Mitre, 9.000 argentinos y 10.000 brasileños al mando del General Manuel Marques de Souza, Barón de Porto Alegre, hacían lo mismo. Posteriormente 28 cuerpos se sumaron, más otros 15 batallones argentinos y 9 cuerpos brasileños que formaban la reserva y formaron parte del asalto, para completar 20.000 aliados. En Curupayty los esperaban 5.000 soldados paraguayos con 49 piezas de artillería. Cuando el anuncio del vigía de la presencia del enemigo, el General Díaz ordenó el repliegue de sus tropas ubicadas en las trincheras más avanzadas. Seguidamente, montado a caballo, recorrió todo el frente de la línea arengando a la tropa que respondía con vivas a la Patria. Apenas desembarcaron y estuvieron al alcance, Díaz ordenó el fuego.

La Artillería Paraguaya respondió al unísono con el estruendo de los 49 cañones paraguayos, que no habían sufrido más que la destrucción de una pieza, también estaba intacta las trincheras preparadas; el avance de los aliados; se hacían muy penosas. Los artilleros paraguayos destrozaban las formaciones aliadas. Los que salían del campo de tiro de los cañones sucumbían en las zanjas cubiertas con espinas y estacas; si por suerte superaban estos obstáculos, no pasaban el campo de tiro de los fusiles; prácticamente eran fusilados; no importando la cantidad de refuerzos que recibían. Curupayty era inexpugnable.

Ante esta situación al mediar la tarde, el General Bartolomé Mitre dio la orden de retirada, a un ejército que ya en su mayoría había emprendido la retirada por iniciativa propia.

El toque del clarín de Cándido Silva anuncio la victoria. El General José Eduvigis Díaz el comandante VICTORIOSO recorría las trincheras entre los vítores de la tropa. Los aliados tuvieron aproximadamente casi 5000 bajas, mientras que los paraguayos sólo sufrieron 23 muertos y 69 heridos. Domingo Fidel Sarmiento, capitán del ejército argentino e hijo del futuro presidente Domingo Faustino Sarmiento fue uno de los muertos

Existen los restos de las Trincheras de Curupayty, de la gloriosa gesta de la Gran Guerra, donde guardan recuerdos imborrables del pueblo guaraní durante la guerra contra la Triple Alianza, 1865-1870. Fue la batalla insignia del Ejército de Paraguay

La Batalla de Curupayty fue la mayor victoria paraguaya de la sangrienta guerra que duró seis años y fue comandada por el General José Eduvigis Díaz.
FUENTE.MEC

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