martes, 15 de abril de 2014

Los límites ¿frenan o estimulan?

abc color

A menudo nos escuchamos diciendo cosas tales como: «mi hijo me salió rebelde», «mi hijo me salió malcriado», «mi hijo me salió muy estudioso», «mi hijo me salió muy afectuoso». Estas expresiones ponen en evidencia que muchos padres no tenemos plena conciencia del papel fundamental que jugamos en la actitud que nuestros hijos adolescentes tienen hacia el mundo.
Esta actitud es una respuesta a la de los padres. Si bien es cierto que la rebeldía es una energía que no debe intentar aplacarse, no es menos cierto que una cosa es estimular las iniciativas adolescentes – aunque no concuerden con lo que pensamos los adultos – y otra muy diferente es dejar que esa rebeldía se transforme en omnipotencia absoluta por falta de límites.
Los límites y los adolescentes
Los límites constituyen una parte indisoluble de la estimulación que padres, maestros, parientes y adultos en general deben brindarle al adolescente. Dejarle claro cuál es el límite hasta el que puede avanzar es la prueba de que lo han estimulado a avanzar (hasta determinado punto). El límite es la contracara necesaria a la estimulación. Uno y otro son como las caras de una moneda: necesariamente una se contrapone a la otra.
Al igual que el niño, el adolescente precisa de límites porque aunque pueda parecer lo contrario, son una de las formas que adopta el amor. Y el amor es el mejor estímulo.

Poner un límite a través de un lenguaje como «tú me importas tanto, que soy capaz de plantarme frente a ti para decirte NO, si estoy convencido de que te estoy haciendo un bien». Decir no requiere un montón de energía, un compromiso mucho mayor que dejar hacer. Y el compromiso es una expresión de amor.
Los límites no limitan, sino que delimitan. Son como las señales de tránsito que encontramos en el camino y que nos permiten avanzar por la ruta con más seguridad. Si nos indican que podemos avanzar a más de una determinada velocidad, que hay un cruce de nivel, que no podemos adelantarnos en las curvas, no es para frenarnos, sino para hacer que podamos llegar a destino.
Actividad
Responde estas preguntas.
1. ¿Reconozco la necesidad de poner límites a mis hijos?
2. ¿Delimito correctamente los límites a mis hijos adolescentes?
3. ¿Explico a mis hijos que los límites son una expresión de mi amor por ellos?
Fuente Cómo estimular al adolescente de hoy – Beatriz Goldberg, Bs. As. 2007.

No hay comentarios:

Publicar un comentario