miércoles, 9 de mayo de 2012

Alumnos dan clases en medio del peligro en colegio Lambaré

En el colegio Nacional de Lambaré, única institución educativa secundaria diurna de la zona, unos 30 alumnos del bachillerato técnico en Administración, dan clases en el laboratorio de química entre ácidos, terminales de gas y a veces, hasta restos de sapos diseccionados.

El inaudito hecho se genera por la falta de aulas para el funcionamiento de este curso, que empezó el año escolar a la sombra de un árbol.

El colegio solicita desde octubre del año pasado un aporte de 120 millones de guaraníes para la construcción de un aula. El MEC les prometió la transferencia de los recursos para los primeros días de mayo, pero no llegan hasta ahora. 



 Las reiteradas llamadas telefónicas del director del colegio a la directora administrativa del MEC, no son respondidos.

SIN CONDICIONES. El director del colegio Vicente Acosta, indicó que ante la inclemencia del tiempo y el clima frío que se registró días pasados, se ubicó en el laboratorio a los alumnos que daban clases en el patio.

Acosta reconoce que las instalaciones del salón no son adecuadas para el grupo de estudiantes ya que en vez de mesas y sillas tiene mesadas equipadas con piletas y canillas y terminales de gas para los experimentos de química.

En los armarios del salón se guardan ácidos y productos químicos diversos, así como microscopios y otros elementos que pueden romperse o producir accidentes.

Los alumnos del bachillerato científico del turno mañana no pueden usar el laboratorio, solo los del turno tarde que de vez en cuando como testimonio de su paso por el lugar, dejan restos esparcidos de sus experimentos o el salón queda con fuerte olor a azufre u otro producto químico.

El salón también es utilizado para guardar los instrumentos que la bandalisa del colegio usa en los desfiles. Como los alumnos se están preparando para el desfile estudiantil del 14 de mayo, constantemente interrumpen las clases para quitar o guardar los instrumentos.

AFECTADOS. Para la alumna Evelyn Samudio, dan "clases en las peores condiciones".

Explicó que en vez de sillas, el laboratorio tiene butacas altas sin respaldero lo que ocasiona que les duela la espalda al cabo de seis horas de clases diarias. También se quejó de los desagradables olores que a veces quedan en el salón de química. 
ultimahoradigital

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