WASHINGTON. Una investigación hecha por “Diálogo Interamericano” destaca que países como Paraguay y República Dominicana ni siquiera llegan al 40% de los niños y adolescentes matriculados. La organización pide también mejorar la calidad de los docentes.
Ambos países son una muestra de las grandes variaciones y disparidades que existen en Latinoamérica, señala el estudio dado a conocer recientemente. Mientras tanto, en el resto de la región, entre 1999 y 2012, el porcentaje de niños matriculados en niveles de educación infantil creció del 54 al 74%, lo que sitúa a América Latina y el Caribe por encima del promedio mundial.
Los países que lograron incrementar más el número de niños enviados a las escuelas fueron Guatemala, El Salvador, Venezuela y Costa Rica, que en 2012 consiguieron que acudieran a centros de preescolar más del 60% de los niños, lo que supone un incremento de más de diez puntos desde 1999, según el estudio titulado “Aprendizaje para todos: un desafío pendiente en América Latina”, citado por la organización.
El estudio muestra además que en educación primaria también ha habido avances: la escolarización creció de 87% en 1990 a 93% en 1999 y, desde entonces, ha aumentado hasta alcanzar un punto porcentual más (al 94%) en 2012.
EL DESAFÍO
El desafío de América Latina en Educación es mejorar la calidad de los docentes para lograr que el incremento de la escolarización logrado en los últimos 15 años se traduzca en un aumento de los niveles de aprendizaje, destaca un estudio de la organización Diálogo Interamericano. “El desafío es mejorar los niveles de aprendizaje. ¿Cómo hacerlo? Una de las tareas fundamentales es mejorar la calidad de la docencia”, destacó hoy a Efe el director del programa de Educación de Diálogo Interamericano, Ariel Fiszbein.
Fiszbein, con experiencia en educación, políticas sociales, y uno de los autores del estudio, dijo que en los últimos 15 años la educación de América Latina ha tenido un progreso mixto porque, aunque han aumentado los niveles de escolarización de niños y jóvenes, ello no se ha reflejado en mayores conocimientos y habilidades.
Para solucionar esta paradoja, Fiszbein consideró necesario mejorar la calidad de la docencia haciendo que jóvenes con buena educación se interesen en ser maestros, ofreciéndoles una mejor formación para que sean buenos profesores e impulsando que los Gobiernos sean rigurosos al trazar la carrera docente.