La escuela N° 110 “Capitán Bernardino Alvarez” se encuentra atestada de malezas y basura. La estructura edilicia de la institución educativa presenta un lamentable panorama con paredes sucias, moho, vidrios rotos y el sistema eléctrico con serias deficiencias a escasos 10 días del inicio oficial del año lectivo.
La escuela situada en el barrio Julio Correa de esta localidad alberga aproximadamente a unos 600 niños, niñas y jóvenes. Sin embargo, hasta la fecha no se han ejecutado mejoras en su infraestructura.
Otra de las falencias es el vergonzoso estado de los baños. La totalidad de los mismos están sucios, las cisternas no funcionan, no poseen puertas y las rejillas están rotas, las paredes de algunas aulas presentan rajaduras y el último temporal levantó varias de sus tejas.
Por otro lado, en el interior de las salas de clase, el panorama no es alentador. Las pizarras están completamente marcadas con tinta, los mobiliarios inutilizables y los vidrios rotos. Esta situación se repite en cada una de las aulas desde el pre- escolar hasta el noveno grado.
Pero no solo la escuela Cap. Bernardino Alvarez, de Julio Correa, presenta esta imagen desoladora. En similar situación están el colegio Vergel Luqueño de la compañía Laurely; San Martín de Porres de la localidad de Itapuamí, María Eugenia Arce de Centurión de Isla Bogado. Así también las instituciones educativas de los asentamientos “Virgen de Caacupé”, de Maranburé, y Libertad, de Isla Bogado.
El supervisor, Prof. Antonio Zamphirópolos, manifestó que se realizaron algunos levantamientos de datos en las escuelas de esta localidad para presentar el pedido de ayuda al ministro de Educación, Luis Alberto Riart, pero hasta la fecha no han obtenido respuesta alguna. Indicó que el 90% de las instituciones educativas de Luque están con carencias.
“Casi todas las escuelas públicas están con carencias. Estamos realizando proyectos, pero eso lleva su proceso. Hasta ahora no obtuvimos respuesta del MEC, pero quizás lleguen durante el transcurso del año lectivo”, puntualizó.
Explicó que para tratar de suplir estas falencias, las Asociaciones de Padres deben coordinar las tareas de manera a recibir con ciertas comodidades a los alumnos. Las colaboraciones deben ser voluntarias.
fuente abcdigital
La escuela situada en el barrio Julio Correa de esta localidad alberga aproximadamente a unos 600 niños, niñas y jóvenes. Sin embargo, hasta la fecha no se han ejecutado mejoras en su infraestructura.
Otra de las falencias es el vergonzoso estado de los baños. La totalidad de los mismos están sucios, las cisternas no funcionan, no poseen puertas y las rejillas están rotas, las paredes de algunas aulas presentan rajaduras y el último temporal levantó varias de sus tejas.
Por otro lado, en el interior de las salas de clase, el panorama no es alentador. Las pizarras están completamente marcadas con tinta, los mobiliarios inutilizables y los vidrios rotos. Esta situación se repite en cada una de las aulas desde el pre- escolar hasta el noveno grado.
Pero no solo la escuela Cap. Bernardino Alvarez, de Julio Correa, presenta esta imagen desoladora. En similar situación están el colegio Vergel Luqueño de la compañía Laurely; San Martín de Porres de la localidad de Itapuamí, María Eugenia Arce de Centurión de Isla Bogado. Así también las instituciones educativas de los asentamientos “Virgen de Caacupé”, de Maranburé, y Libertad, de Isla Bogado.
El supervisor, Prof. Antonio Zamphirópolos, manifestó que se realizaron algunos levantamientos de datos en las escuelas de esta localidad para presentar el pedido de ayuda al ministro de Educación, Luis Alberto Riart, pero hasta la fecha no han obtenido respuesta alguna. Indicó que el 90% de las instituciones educativas de Luque están con carencias.
“Casi todas las escuelas públicas están con carencias. Estamos realizando proyectos, pero eso lleva su proceso. Hasta ahora no obtuvimos respuesta del MEC, pero quizás lleguen durante el transcurso del año lectivo”, puntualizó.
Explicó que para tratar de suplir estas falencias, las Asociaciones de Padres deben coordinar las tareas de manera a recibir con ciertas comodidades a los alumnos. Las colaboraciones deben ser voluntarias.
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