Como
sostiene el historiador brasileño Mario Maestri en la presentación del
libro, la implementación de los cursos de maestría en el Brasil, en las
últimas tres décadas, ha dado por resultado "un incremento
verdaderamente sustantivo de la producción historiográfica y de la
enseñanza de la historia en el paradojal contexto de enorme
desvalorización de la enseñanza y la práctica profesional en el nivel no
universitario".
El
libro se inicia contextualizando el proceso de expansionismo imperial
brasileño en el Río de la Plata, desde 1810 hasta 1854, en el cual se
evidencian los precisos objetivos que se planteaba el Gobierno imperial
en la región. Posteriormente, el autor presenta los aspectos vinculados a
la alianza del Paraguay y el Imperio del Brasil durante el periodo de
1844-1853, en contra del dictador Juan Manuel de Rosas, de Buenos Aires.
Sobre
el periodo de alianza, describe el autor lo cambiante que fue, pues no
siempre hubo una armonía total entre ambas naciones, por ejemplo, cuando
las tropas imperiales fueron expulsadas por el ejército paraguayo del
cerro de Pan de Azúcar, en el territorio en disputa entre ambos países,
en octubre de 1850.
Pese
a la crisis desencadenada, apenas dos meses después, el 25 de diciembre
de 1850, el Paraguay y el Brasil firmaban un Tratado de Defensa Mutua,
en caso de que los signatarios del Tratado fueran atacados por la
Confederación Argentina.
Con
el derrocamiento de Rosas, luego de que sus tropas fueran derrotadas en
la Batalla de Caseros, en febrero de 1852, las relaciones entre los
estados del Plata se modificaron.
La
Confederación Argentina reconoció la Independencia del Paraguay y el
Brasil obtuvo la libre navegación de los ríos interiores de la cuenca
platina, que le permitirían mantener un contacto más fluido con el
territorio de Mato Grosso. Pero, tras el optimismo inicial, la política
brasileña se encontró con la negativa del presidente paraguayo, Carlos
Antonio López.
Las
negociaciones concluyeron con la expulsión de Paraguay del ministro
Felipe José Pereira Leal, quien pretendía frustrar por todos los medios
la libre navegación de los barcos ingleses, franceses y sardos que
estaba siendo negociada por el Gobierno paraguayo con los representantes
diplomáticos de dichos países.
Con
la expulsión del ministro Pereira Leal, ordenada por el Gobierno
paraguayo en agosto de 1853, el Gobierno imperial tuvo el argumento para
desplegar una poderosa flota, al mando del almirante Pedro Ferreira de
Oliveira.
Sobre
dicha expedición, el autor aporta una serie de novedades mediante la
consulta de fuentes inéditas del Archivo Nacional de Asunción y de
archivos brasileños, con las cuales logra desentrañar los diferentes
aspectos del conflicto entre ambas naciones, cuando Río de Janeiro
decidió enviar una poderosa escuadra, compuesta por 36 navíos, con más
de cien cañones y entre dos y tres mil soldados combatientes.
La
flota zarpó el 10 de diciembre de 1854 y, debido a que los barcos no
estaban adaptados para navegar en los estrechos canales de los ríos
Paraná y Paraguay, la misma tuvo una travesía de 72 días para llegar
frente a las aguas territoriales paraguayas.
Las
condiciones de navegabilidad hicieron que el almirante Ferreira de
Oliveira cambiase de planes y se acercase a Asunción en un solo navío,
para comenzar a negociar con el gobierno de López.
El
autor da una detallada descripción de cada buque y su capacidad de
fuego. Asimismo ha logrado develar la red de informantes del Gobierno
paraguayo, mediante la cual tenía noticia de la organización de la flota
antes de que la misma zarpase.
Con
dicha información pudo preparar la defensa de la República, pues tenían
informaciones de que, además de la flota, el Gobierno imperial estaba
acantonando tropas en la frontera de San Borja para emprender una
invasión por tierra al Paraguay.
Finalmente,
las negociaciones entre Ferreira de Oliveira y el entonces general
Francisco Solano López concluyeron con la firma del Tratado del 27 de
abril de 1855, que posteriormente no fue ratificado por el Parlamento
brasileño.
Fabiano
Barcellos Teixeira sostiene que el silencio de la historiografía
nacional-patriótica brasileña sobre la expedición de 1854-1855 se debe a
que la misma demuestra y debilita los argumentos explicativos del
origen de la posterior Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), pues
sostiene que "la expedición naval imperial de 1854-1855 tuvo una
importante relación con la guerra de 1864-1870.
En
1854-1855, los Gobiernos colorado del Uruguay y unitario de Buenos
Aires, futuros aliados del Imperio de la Triple Alianza (1865),
permitieron el pasaje de la escuadra imperial que se dirigía al
Paraguay", con lo cual se demuestra la connivencia de intereses
regionales entre dichos grupos políticos.
Es
un libro más que recomendable, pues, con fuentes inéditas y con un buen
uso de las mismas, construye un relato sobre el conflicto que ha sido
estudiado en su real dimensión. Cabe señalar que lo más significativo es
que la obra de Fabiano, indudablemente, aporta nuevos elementos para
comprender la realidad regional del Río de la Plata en aquellos
difíciles años, que concluyeron con la trágica Guerra de la Triple
Alianza.
UH
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