Cuando se dan casos extremos y la convivencia con un determinado alumno o grupo de estudiantes en la institución educativa ya no es posible, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) apela al cambio de ambiente en lugar de la expulsión, no sin antes seguir una serie de protocolos para que se den los traslados.
Igualmente, la cartera educativa exige evitar que los niños, como menores de edad, firmen documentos como el libro de disciplina cuando se detecta algún problema de conducta.
Para el presidente de la Asociación de Instituciones Educativas Privadas del Paraguay (Aiepp), Armando Ficorilli, con este tipo de decisiones solo se matiza el problema y no se prepara a los niños y jóvenes para afrontar los problemas de la vida en el futuro.
La Dirección de Niñez de la cartera educativa apela a modificar la medida de la expulsión en los centros educativos por el de cambio de ambiente luego de mal comportamiento del chico o de darse situaciones más graves que no llegan a buen puerto.
“El término expulsión ya no usamos ahora como medida pedagógica, hablamos de un cambio de ambiente, es una expresión más sensible y tampoco existen más los castigos”, aseguró la directora de Niñez del MEC, Sonia Escauriza.
Indicó que por resolución del Ministerio, todas las instituciones de gestión oficial, privada o privada subvencionada deben elaborar manuales de convivencia para explorar todas estas opciones. Estos manuales deben ser elaborados en consenso con la comunidad educativa, es decir, con los padres y los alumnos.
Explicó además que la resolución Nº 5766/15 que establece estas normas no habla de restringir o permitir las expulsiones o la firma de un libro de disciplina.
“Pero sabemos perfectamente con qué palabras tenemos que estar trabajando”, mencionó Escauriza.
Desacuerdo. El titular de la Aiepp y director adjunto del colegio privado Santa Elena, Armando Ficorilli, expresó que está a favor de las expulsiones de los alumnos si es que la situación amerita.
“Es educativo, es sano (las expulsiones) porque el chico, tenga la edad que fuere, tiene que saber que cuando pasa ciertos límites esto tiene consecuencias”, apuntó.
“Hace que la persona reciba golpes todavía suaves, porque después la vida le va a dar unos golpes fuertes”, remarcó el educador. A título personal, dijo que modificar la expresión de expulsión por cambio de ambiente solo matiza los problemas que afrontan los establecimientos escolares.
Sobre la exigencia de no firmar el libro de disciplina, Ficorilli comentó que es una costumbre que generalmente ya no se utiliza en las escuelas.
Acompañamiento. El seguimiento de los padres en cada caso es vital para que se dé un cambio en la conducta de los estudiantes, coinciden los educadores. El director Ficorilli aseguró que en muchos casos los dramas se agudizan porque no hay un reconocimiento de los progenitores cuando surge una indisciplina.
fuente. ultimahora
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